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14 juin 2008 6 14 /06 /juin /2008 04:34

            Una amiga me hace una pregunta necesaria: ¿cuáles son las películas estúpidas? Habría que hablar de dos fenómenos, personajes y narrativa, cuando los personajes son reconocidos como estúpidos, o cuando la historia misma es absurda, y la realidad contada no es tomada muy en serio por propios o extraños, pues, estamos ante una película estúpida. No hay muchas buenas películas dentro de este subgénero, creo que no sorprenderá a nadie decir que la mayor parte de las películas estúpidas son sólo estúpidas, ésa es la idea, dirán algunos; pero eso no es verdad, hay mil y un cosas que tomamos demasiado en serio, y la libertad del género estúpido debería ser mostrar irreverencia con esas falsas estructuras, por ejemplo, los intelectuales, los artistas, se los toman demasiado en serio, casi todos ellos o son estúpidos, o siquiera dicen y proclaman una que otra estupidez. ¡En serio! Sin embargo, el problema, precisamente, con nuestro momento cultural, es que hay quién ni cómo se aproveche de las posibilidades narrativas de hoy, momento único en la historia, dicho sea de paso. Nunca antes hubo tanta variedad de tonterías, nunca más volverá a haberlas, bueno, no las habrá por un buen rato, después de nuestro tiempo, sospecho.

            La comedia absurda no tiene muchos buenos realizadores, Keaton, Lloyd y Chaplin, eran todos unos genios, todavía serios. Es difícil trabajar el absurdo, ofrece demasiadas posibilidades, y se prefiere la risa rápida con el chiste sin sentido que trabajar un buen guión. ¿Han visto la serie ‘Padre de familia’ (Family Guy)? A mí me hace reír, me gusta, pero es fácil ver que sus guiones no buscan coherencia en la incoherencia, lo que, a pesar de sonar imposible, no lo es.

            Creo que el primer buen comediante de lo absurdo es Mel Brooks. Ya tenía un buen currículum creativo con ‘Get Smart’ (El superagente 86) y una rutina cómica del hombre con 2 mil años—ahora recuerdo que iba a buscarla en la red pa’ ver, no olvidar, se la recomiendo a ustedes también, para cuando lanzó su versión de Frankenstein, “El joven Frankenstein”. Llena de chascarrillos ocasionales, como el jorobado en la oscuridad del castillo que toca un tenebroso tono de trompeta, para después improvisar un poco de jazz. Ah, espero no estar mezclando el guión con mi memoria de la película. Bajo la premisa de que el monstruo de Frankenstein, una criatura enorme y espantosa, prefiere dedicarse a la farándula que celebrar los logros de su inventor, esta absurda película, y buena, abre esta lista de buenas películas estúpidas. El problema es que la vi, leí, hace tiempo, y ya no recuerdo mucho de la misma, sólo que hacía reír.

            A pesar de que supuestamente—no estoy conectado a la red así que no puedo verificar—es anterior a “Frankenstein”, la película “Blazing saddles” (monturas en llamas) o “Locura en el Oeste” está mucho más fresca en mi mente, debido a que la televisión boliviana tenía la manía de pasar el filme una y otra vez. Un alguacil negro, enviado para perjudicar a un pueblo, se acabará tornando en héroe, ¿mencioné que era un pueblo muy racista? Hay una trampa por parte del corrupto gobernador del estado, y el pobre alguacil sólo es un peón en el asunto. Este esquema básico permitirá a Brooks lucir todo tipo de vulgaridades, tonterías, pero también momentos sumamente ingeniosos y surrealistas. No me olvidaré jamás del chiste en que el alguacil, al verse rodeado por una turba hostil, se toma prisionero a sí mismo, amenazándose con su propia pistola, haciendo dos voces, es tan absurdo, tan inesperado, que resulta ingenioso.

            Brooks, en los años ochenta, estaba bien loco, y no tenía vergüenza en demostrarlo. Otra película vulgar, estúpida, y muy graciosa, fue “La loca historia del mundo”, que también repetían una y otra vez en la televisión boliviana. Comienza con varios chistes breves, como cuando Moisés entrega los 15 mandamientos, pero se le cae una de las tablas, y sólo puede entregar 10. Para después abordar el Imperio Romano, y la Francia del Rey que va a ser ejecutado por la revolución francesa, ahí tenemos un vistazo de la situación del pueblo francés. Un tipo está vendiendo pan, más allá, cada vez más pobre, hay alguien vendiendo sobras, después un tipo vendiendo ratas, finalmente uno que no tiene nada que vender y lo grita a voz en cuello: No tengo nada, nada para vender. Si bien el filme tiene, por momentos, fácil uso de lo sexual como gracioso, la película es tan loca que uno no puede evitar dejarse llevar por ella.

            Mencionaré otra película de Mel antes de hablar de otros autores, “Spaceballs”, la parodia de Star Wars, es una tontería de principio a fin, pero una buena tontería, y tiene uno de los mejores chistes en la historia del medio audiovisual. Los malvados spaceballs han perdido a su presa, a las personas que estaban persiguiendo, entonces, para encontrarlos, hacen uso del video, ¿cómo? Rentando la película para ver dónde están sus presas, ¿qué película? Pues la película en la que están, “Spaceballs”, a través de una máquina que saca las películas en video antes de que aparezcan en las pantallas de cine. El momento más gracioso surge cuando acaban viendo el ‘ahora’. No cuento más, es algo que tienen que verlo con sus propios ojos, como el momento en que Lord Yelmo acaba matando a un inocente camarógrafo en un duelo de sables láser. Sí, mata al camarógrafo.

            La escuela del cine absurdo no tiene muchos seguidores con talento, fuera de Brooks creo que sólo tenemos guiones deleznables que es preferible ver sólo por instantes, cambiando de canal de manera constante, ya que ver todo el filme es hasta aburrido. Brooks tenía mucho futuro en el mundo del cine estúpido, e incluso le esperaba su mejor película, alejada del género. ‘South Park’, es uno de esos ejemplos de televisión absurda, con muchísimos excesos de vulgaridad, también con momentos de ingenio y muy graciosos. Yo tardé mucho en verlos, no adquirimos TV hasta el 98-99, si no me equivoco. Así que pude ver “South Park” la película, en video, mucho antes de ver el programa de televisión. Vulgares, mal hablados, y graciosos, “South Park” tenía ingenio, no todo el tiempo, pero sí en varios momentos. Si bien la serie ha caído muchas veces en excesos, ha sido crítica de manera interesante con muchos aspectos de la sociedad estadounidense. Es innegable que también, en numerosas ocasiones, buscan el chiste fácil, es difícil ser un buen estúpido, un buen absurdista. Fue una impactante sorpresa escuchar lo mal hablados que eran. Igual, el filme era un éxito, no por nada no han intentado repetir un largometraje de “South Park”, sólo de recordar algunos pedazos comienzo a sonreír.

            El dúo de ‘South Park’ produciría una interesante película más, completamente estúpida, pero, haciendo un buen uso del género, se hace la burla de muchas posiciones de falsa, o tonta, bondad y tolerancia. Su filme “Equipo América” (Team America) le toma el pelo a la mitad de Hollywood, incluyendo a nombres tan importantes y reconocidos como Alec Baldwin, Sean Penn y Susan Sarandon, entre otros, ni qué decir de cómo le toman el pelo a Matt Damon y, al malo malísimo del filme, Kim Il Sung. “Equipo” es un filme de humor negro y estúpido, hay cochinadas y vulgaridades que por momentos hacen olvidar los momentos ingeniosos y la crítica útil. Es interesante recordar que la censura pidió que se reduzca y corten algunos pedazos de la escena de sexo, ¿recuerdan que se trata de marionetas? “Equipo” no tiene actores reales, sólo muñecos, ¿a quién le importa el sexo entre muñecos? Ni siquiera tienen eso y eso. La censura pidió un recorte. La burla omnipresente nubla un poco ver el blanco de la crítica, el fácil discurso de paz. Nadie se libra de ser tonto o malvado, hasta el propio y muy torpe Equipo América resulta ser un grupo de pelmazos. Sin embargo, los buenos y malos son fácilmente inidentificables, y es positivo tomarle el pelo a todo y a todos de vez en cuando. Problemas mucho mayores surgen cuando nos tomamos, sobretodo a nosotros mismos, demasiado en serio.

            Sean Penn, típico, se resintió mucho con la caricaturización que hacen de él en este filme, la verda’ habría que estar en sus zapatos para saber cómo se siente. Incluso publicó una solicitada atacando al par de creadores del filme. La pueden buscar y encontrar, en la red de amplitud mundial, o WWW, que no es todo lo que es Internet.

            Por este nuestro recorrido de películas estúpidas, de las buenas, ya es hora de hablar de Jim Carrey. Sus personajes no son necesariamente estúpidos, al menos no completamente, y no del todo. Cuando Carrey filmó “Ace Ventura”, su personaje homónimo, era alguien con mucho talento y habilidad, sobretodo para comprender a los animales, una especie de fantasma de la jungla. El que Ace sea un personaje hábil no impide que actúe como estúpido o que la realidad de su narrativa tenga mucho de absurda. No recuerdo muchos detalles de “Ace”, sí que me divirtió. No olviden del género que estamos hablando, cine absurdo, cine estúpido. Esta categoría es tan subestimada debido a su dificultad. No es fácil ser estúpido, debo insistir. Más fresca tengo a otra película de Carrey, “La Máscara”, ¿se acuerdan de este filme? Surrealista, absurda, “La máscara” llevó a Carrey a la cima del cine, con un salario de veinte millones de dólares. Algo debió hacer muy bien pare merecer ese dineral. “La máscara” es graciosa de principio a fin, tiene interesantes pedazos, tomadas de pelo a los clichés, como la chica buena, chica mala, muchos efectos especiales, chistes silenciosos y otros retumbantes, como cuando la máscara sale del parque y acaba bailando la rumba, ésa no me la venía venir. Mencionaré un filme más de Carrey.

            Si bien el buen cine estúpido es escaso, esto no quiere decir que el cine estúpido en sí sea escaso, al contrario, si bien no es mayoría, varias películas al año se estrenan dentro de esta categoría, hace un par de años atrás, o el año pasado, vi un filme austriaco en esta categoría, una tomada de pelo del Oeste, más absurda que la de Brooks (Blazing Saddles), no estaba mal, no pude verlo todo, lo agarré en cable. “Meet the spartans” es un ejemplo de este tipo de filme, o las películas de Mike Myers, tanto “Wayne’s World” como la franquicia de Austin Powers, sin restarle méritos, los trabajos de Myers tienen demasiados peros, y un exceso de cochinadita. Menciono a este grupo para que vean que se trata de un género con numerosos representantes cada año. Ben Stiller, por ejemplo, tiene más de una película estúpida, la mejor de todas, y una muy buena, es “Zoolander”. El filme, que trata sobre una intriga en contra de un gobernante mundial que busca subir los salarios de los trabajadores de su país, tiene en el centro a un pobre modelo con problemas de autoestima, y muchos otros más. La producción aprovecha para reírse de los grandes genios de la moda, de los modelos, y de los que critican a los mismos, se ríe de las ligeresas de sus riñas y sus caminos espirituales. Se ríe de los que las siguen, y los que, no. Y, mientras tanto, yo, como público, me estoy riendo también. “Zoolander” es casi único en que retrata y maltrata un mundo, el de la moda, a la vez.

            Es un gran desafío hacer una buena película idiota, un buen cine estúpido. O se pretende demasiado o se pretende muy poco. Lograr el balance perfecto es muy difícil, y es fácil notarlo cuando alguien lo ha logrado. Tal es el caso de “Napoleón Dynamite”. Patética de principio a fin, la película humilla a sus personajes sin piedad, no tiene misericordia, se trata de un conjunto de perdedores con P mayúscula, lo peor es un sentimiento de vergüenza ajena que te embarga desde el principio. “Dynamite” es trágica por la realidad que nos muestra, y no hay tantas risas como en otras buenas películas idiotas, lo que me fascina del filme es que se trata de una de las pocas muestras de perdedores coherentes, Napoleón no deja de ser Napoleón para acumular todos los problemas que se le vienen encima, es poca cosa al principio, y es poca cosa al final, en el fondo permite que Pedro, su amigo, sea elegido presidente siendo poca cosa. Esta coherencia de principio a fin, hacer ganar al perdedor sin perder al personaje, es un ejemplo de ese balance rara vez alcanzado. Si son tan valientes como para ver vergüenza ajena sin límites, esta película podría interesarles, conozco pocas como ella, el otro ejemplo sería “Tonto y retonto”.

            La mayor parte de las personas prefieren descartar “Dumb and Dumber” como una película estúpida para masas, como esa interminable lista de los hermanos Wayans, o algunas tonterías de ese tipo. Es parte de esa moda que ataca lo popular, lo comercial, parte de esa estúpida posición que respalda el supuesto cine intelectual y serio, cuando la mayor parte de las veces—repito, LA MAYOR PARTE DE LAS VECES, ese cine serio e intelectual es muchísimo más estúpido que el sincero cine absurdo de “Dumb and Dumber”. No lo digo a medias, lo digo bien en serio. “Dumb and Dumber” es un guión excepcional, no sólo es gracioso, también es coherentemente gracioso, Lloyd y Larry, creo que son los nombres, comienzan siendo unos perdedores de antología, así, con esas personalidades avanzan la historia, generan los problemas y lo pierden todo, todo. No podía ser de otra manera, ni siquiera son en verdad capaces de darse cuenta de la amenaza que se cierne sobre ellos o aprovechar una oportunidad de último momento. A diferencia de “Zoolander”, carece de crítica, el mundo son los personajes, a diferencia de “Dynamite”, carece de parámetros realistas; sin embargo, tiene más chistes inevitablemente graciosos, lleva la historia por caminos mucho más variados, e incluye la superación de obstáculos más serios utilizando recursos coherentes con la narrativa. “Dumb and Dumber” se lleva la corona del buen cine estúpido, y, como todo buen cine, es difícil de encontrar y casi imposible de duplicar. El filme es sincero, no otorga nada a los estúpidos, no son buenos, son mezquinos y morbosos, perdedores que deben serlo. Boba y vulgar, también es ocurrente, siendo graciosa de principio a fin.

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