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12 juillet 2014 6 12 /07 /juillet /2014 21:18

                Fue una victoria tan arrasadora que faltó poco para que intervengan las Naciones Unidas. En el Tíbet, los monjes comenzaron a hacer girar los trompos de oración más rápido, para ahuyentar tanto mal karma. En la India, un yogui sentado sobre una alfombra de afiladas púas y atravesado por varios clavos de ritual, y otros objetos punzantes, dijo: ‘eso sí que duele’, refiriéndose al partido en el que Alemania vapuleaba a Brasil sin la más mínima misericordia. En Al Jazeera, el canal qatarí de noticias, en medio de reportes vinculados con la brutal guerra civil Siria, las más reciente masacre en Iraq, las amenazas del Estado Islámico, el bombardeo de Gaza, los reporteros deglutían conmovidos por lo acontecido en Belo Horizonte, y el estadio de Mineirao; lo de Brasil era una sorpresa y novedad, algo inesperado, todo lo demás era lo mismo de siempre. Se puso tan trágico el asunto que James Cameron va a hacer una película sobre el tema, en vez de “Titanic 2”. Las bromas estallaron a diestra y siniestra, porque a Brasil, en fútbol, los que somos sus rivales usuales, le tenemos inquina—una mezcla de temor y envidia—, y todos los demás equipos conocen su fama. Son los pentacampeones, están jugando en casa, son el equipo local. Lo que pasó el día martes 8 de junio fue histórico, una humillación inimaginable. Ni el más morboso anti brasilero podía concebir algo así, imposible. Yo deseaba que Brasil pierda, por muchas razones, varias de las cuales aparecerán en esta nota; pero jamás imaginé que podría perder así… y yo soy del tipo que necesita saber qué pasó, y por qué pasó algo así. Alemania jugó bien, claro que sí; pero, 7 a 1, en semifinal; 4 goles en, creo, 7 minutos, 5 en unos veinte, o poco menos; 5 goles en el primer tiempo, esto es algo nunca visto. En el futuro mundo caníbal, entre mordisco y mordisco, podrás contarles a tus nietos que viste esto y que fue increíble.

                Brasil jugaba en casa la copa del mundo, lo sabíamos desde hace más de 8 años, y todos los equipos del mundo dijeron: Huy, ganarles será difícil. Brasil siempre fue un buen equipo; incluso si no ganaba, llegaba lejos, aplastando a varios rivales. Brasil es bueno en copa regional, o mundial, en amistoso o en alguna de esas copas que se inventan para divertir a la gente, como la ‘Confederaciones’. Brasil, en fútbol, es Brasil, el pentacampeón, ¿y el martes? ¿Qué pasó el martes?, ¿qué pasó en Mineirao? El fútbol tiene una dimensión Qtecuent001social difícil de apreciar, o comprender en su totalidad. Yo no soy un hombre de fútbol; pero sí soy uno de mundiales. El mundial de fútbol me divierte mucho porque está lleno de historias,  a veces increíbles, como la de España el 2010; o esta goleada a Brasil en esta copa. Vayamos directo a los hechos: la gente se reúne para ver los partidos, se conoce, en medio del juego, las victorias traen una alegría colectiva. Este 2014, el festejo de Algeria, por llegar tan lejos, por primera vez, y con tanta dignidad, jugando tan bien; el regreso de Colombia, a pesar de la derrota, fue un evento, las calles llenas de gente recibiendo a su equipo. Esa alegría, ese festejo, también se puede convertir en tristeza y lamento, como ocurrió en Francia, donde una joven, con la mente muy clara, dijo: ‘Nos ganaron, ya no hay nada que hacer, salvo ahogar nuestras penas en alcohol’. Porque en todo el mundo, en todos los países que participaron, e incluso en los que no, se festejó, se reunieron, vieron, el juego era comunidad. Aquí, en Cocha’, cada que había una victoria de alguien, siempre había algún auto que hacía escándalo en festejo por eso. Al final del Prado se han instalado pantallas gigantes, se podía ver el partido en el cine, cada boliche de diez pesos tenía su pantalla con el mundial, cada grupo de amigos conversaba sobre el tema. En el sector del mercado de electrodomésticos, antes del mundial, hubo un saqueo de los televisores, todo el mundo compraba tele pa’ ver el mundial o para mostrarlo. Se han abierto locales sólo para aprovechar las reuniones de amigos que ven el mundial. Y qué festejo que es un buen partido, y qué festejo es la victoria, ¿cómo será ganar el mundial? En España se volvieron locos, y, a pesar de la costumbre, o precisamente por eso, a los brasileros les habría encantado ganar. Y ¿cómo se siente que alguien venga y te suene tan, tan feo en tu propia casa? Lean los reportes de lo acontecido en Brasil para hacerse de una idea… pero ahora debemos buscar al culpable. (Un vistazo a los rostros tristes tras el partido)

                Y el culpable es fácil de encontrar, se llama: Luiz Felipe Scolari.

                Una cosa es perder, y otra cosa, muy distinta, es lo que pasó en Mineirao. ¿Qué pasó? Müller se encontró con una pelota cerca, ni un brasilero en frente, y decidió patear la bola, ante lo que Julio César, el arquero, dijo ‘huy’. ¿Dónde estaba la defensa? Brasil intentó reaccionar, la pelota se movía, los arqueros se movían; pero, Alemania se dio cuenta que, por una extraña razón, los jugadores de Brasil parecía que no estaban ahí para jugar fútbol. Klose patea, rebota, vuelve a patear, y, pum, la pelota ingresa, César dice: ‘huy’. El medio campo alemán, los delanteros alemanes, se paseaban por la defensa brasilera como si esta no existiese. Minutos más tarde, no muchos, Kroos decidió añadir a la cuenta, Julio César, ya no decía ‘huy’, ya decía ‘ay’, y es que si bien es el último hombre, en teoría, el arco es un espacio grande, tiene poco más de siete metros de ancho. Si la defensa no hace nada, César difícilmente podía hacer su trabajo, y no es que estemos hablando aquí de un Tim Howard, o un Taylor Navas, por mencionar un par de buenos. Vean el resumen, desde la media cancha, los alemanes decían vamos, y los brasileros gritaban ‘vienen, vienen’, ¿y? Y Khedira le pasa a Kroos porque él es mejor para los tiros, y… Ay, ay, ay. Y eso no es todo, viene el Wuaaaaaa, wuaaaa. Porque, otra vez, avanzan los alemanes, y Ozil se pone a charlar con sus amigos, mientras les pasa la bola, ¿tú quieres patear?, preguntaba, No, yo ya metí dos, pásale a Khedira, ya, y Khedira, gol. El quinto gol. ¡El quinto gol! Las dos anotaciones de Schürrle añaden a la tragedia; y el gol de Oscar, en medio de las fabulosas tapadas de Neuer, no lo pudo festejar nadie. Scolari podría haber perdido un partido, Brasil no tiene por qué ganarlas todas; pero, pa’ q’ suceda lo que sucedió en Mineirao alguien tenía que haberlo hecho mal, y muy mal—y no me refiero al ‘pie helado’ de Mick Jagger (jua, jua, me enteré de esto al leer las noticias sobre lo acontecido, busquen pé-gelado).

David Luiz, uno de los excelente jugadores de Brasil, no pudo evitar romperse tras el fracaso:

 


 

 

                Pueden buscar los detalles sobre la ineptitud supina de Felipe Scolari, la falta de recorrido con el que llegaba a dirigir nada menos que la selección que iba a disputar la copa en casa. Pueden leer alguito en esta nota ‘Empresario crítica a Scolari’. Vayamos a algunos detalles de su comportamiento, Scolari sabía, y lo dijo, que el primer problema que Brasil iba a tener—aunque, por ahí no fue él, sino tan solo las autoridades deportivas brasileras, no recuerdo bien, en todo caso, esto se sabía—era no participar en las eliminatorias para su propio mundial. Como equipo anfitrión, Brasil entraba de manera automática en el mundial, esto le quitaba oportunidades de jugar partidos competitivos, e ir probando esquemas y jugadores. Scolari debió tomar ventaja de lo que significa jugar con Brasil, de la voluntad de hacerlo que habrían tenido las selecciones de otros países, debió, debió. Pueden ver los detalles por ahí… pero, en vez de eso, en vez de la voluntad de encontrar los mejores jugadores, de cortejarlos, de darles la bienvenida, Scolari se comportó de una manera que llamaron: arrogante, testaruda y cosas peores. Para cuando la copa ya había comenzado, el modelo estaba impreso, pocoQtecuent002 habría salvado a la canarinha. Scolari no quiso mimar a Diego Costa, que acabó uniéndose a la desafortunada escuadra española; igual, perdida de un buen delantero para Brasil. Había varias fórmulas para convocar, construir, un equipo que fuera a rendir bien en el mundial; aunque fuese cual fuera el equipo, la presión de ser locales también habría pesado sobre sus hombros; pero, no son niños, son profesionales de primer nivel. Cuando comenzó el mundial, desde el principio, Brasil jugó feo, apenas, a tropiezos, fue subiendo, trepando por la escalera del evento. Tuvo un demasiado afortunado partido con Croacia, que ganó 3 a 1—y ya pudimos ver algunos errores—; un empate con México, que presentó al mundo un excelente arquero, ‘Memo’ Ochoa, y la incapacidad en delantera de Brasil; finalmente, le ganaron, con contundencia, al equipo más débil de África: Camerún. La actitud de Scolari y el equipo brasilero se notaba: demasiado confiados en su fama, no se esforzaban… y ya vendría el primer problema. Con Chile, a penales; y sólo un golpe de suerte impidió el colapso brasilero que, ahora que sabemos la historia, habría sido más digno. Incluso ahora, después de todo, Scolari está sorprendido que después de un buen trabajo, ahora que lo han despedido y de mala manera--su trabajo finaliza tras el mundial--se lamenta que la gente preste atención al único error y se ignore todo el buen trabajo que se hizo antes ('buen trabajo', el tipo vivirá en negación el resto de su vida), ni siquiera comprende las dimensiones de su error. Hasta hubo disturbios en varias ciudades del país, si será.

 

Qtecuent003                Tras su victoria—no pude ver el primer tiempo—sobre Colombia, escarbando en el suelo, y rezando a los dioses, comprendimos qué se venía: que este Brasil no podrían ganarle a Alemania, que ganó 1 a 0 a una esforzada Francia. Lo que vimos después, claro, ingresó directo al libro Guinness de los Récords, entre el minuto 26 y el 29, Brasil recibiría cuatro goles. El Brasil de Scolari había exhibido al mundo entero su ineptitud como modelo. Los jugadores no eran, no son, de lejos, tan malos como para que se les recuerde como el equipo que recibió la peor goleada de su historia. Y los alemanes; aunque muy buenos, a pesar de la inspiración y seguridad que tuvieron ese día (qué bien que jugó Khedira, por ejemplo, ni que decir de los demás), tampoco son tan buenos como para golear, humillando, a Brasil en su casa. Ahí hubo una coincidencia de factores, y uno de ellos, el dominante, fue el torpe modelo de Scolari, su arrogancia, el creer que Brasil no tendría que probarse en cada partido. Ésa es la lección que todos podemos aprender de una caída tan sorprendente como fabulosa, una lección de humildad, voluntad y trabajo; todo lo que le faltó a Brasil ese día y que ya le venía faltando desde que fulanito tomara las riendas de esta selección. 

Créditos: Primera imagen, fotografía del partido, en que podemos ver a David Luiz y Klose, peleando por la bola, de Agencia Brasil; Segunda imagen, la escuadra alemana, en uno de sus muchos festejos, Agencia Brasil; tercera imagen, Klose, el hombre de las marcas, tras convertirse en el mayor goleador de la Copa del Mundo, con su gol número 16, Agencia Brasil. 

Yo ya tenía otro artículo, que será el próximo; pero tuve que cambiar de tema después de este histórico debacle. Era demasiado, en verdad, demasiado, y este Brasil no lo habría recibido si... si... pero eso ya es especulación. Como toda buena historia, tiene lecciones, emoción, y un mensaje claro. 

Ya subí, ya subí el video sobre narración de cine, aquí está: 

 


A pesar de que lo subí hace una semana, recién estoy comenzando a hacerle publicidad, este es el primer enlace que comparto. Así que sean buena onda, vean el video, practiquen su inglés, y, si pueden, compartan en enlace con cualquier al que le podría interesar, ya que, por si solo, el video va a tardar en acumular visitar... recién tiene 4, ¡en dos semana! Claro, es que la oferta es demasiado grande. Y esta película no la conoce, ni la busca, mucha gente. Ya veremos q' tal va agarrando, ya que debo subir el de 'Thor' este fin de semana.

Esto sería lo más importante del momento. Ya acabaron las clases y tengo una breve vacación de invierno. Hace un frío del demonio... y a veces sube tanto la temperatura que pareciera que no estamos en invierno. Raro, raro; calentamiento global, pues.

Escribo pronto, gracias, como siempre, por su apoyo... ah, y denle un vistazo a The international, el campeonato de DotA 2, el primer premio es casi 5 millones de US$.    Los que juegan son profesionales, y su nivel de maneo es de otro mundo... el común de los mortales no juega, ni remotamente, tan bien; por suerte, porque me andarían destrozando por completo. Aquí está el enlace: Campeonato de DotA 2

Adios.

 

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