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16 avril 2013 2 16 /04 /avril /2013 06:24

                Vi por allí un librito, muy bueno por otra parte, que manejaba un par de términos completamente inaceptables, hablaban, por ahí, de ‘realidad objetiva’ y ‘realidad subjetiva’. ¡Qué cosa! La sola mención de ‘realidad subjetiva’ debería enviar tenebrosos estremecimientos a través de nuestras columnas Subjetivo001epistemológicas… nuestra manera de ver el mundo, nuestra cultura, nuestra noción de las cosas no debería aceptar algo como ‘realidad subjetiva’, sin embargo, en ese texto, ahí está, ta-tín, tal cual, pum, ‘realidad subjetiva’, puesta sin culpa. Escribir eso debería obtener la misma condena que ‘subir abajo’ o ‘atrás adelante’, y contradicciones de similar peso. ‘Realidad subjetiva’ no debería tener el menor peso como concepto, debería figurar sólo en ‘fe de erratas’, para corregir errores de lo ya escrito; pero nuestro epistemología, nuestro entender, hace tiempo que ya se fue al traste, así que, pues, no queda otra opción que hablar/informar para ir cambiando poco a poco. Una pena, algo tan básico, y ni siquiera eso lo vemos bien.

                La realidad es la misma para ti que para mí. Tú y yo la compartimos. La realidad no está determinada por tu capacidad de abordarla… está ahí, si eres ciego, está ahí, si eres sordo, está ahí, si sólo puedes ver la parte visible del espectro electromagnético, está ahí, si puedes ver rayos x, está ahí, es independiente a tus límites e incomprensiones, es la misma para todos. Por eso la llamamos realidad. Si no, no lo sería. Sería otra cosa, sería ‘capricho’, sería ‘opinión’.

                El concepto de realidad respalda todo lo que conocemos como proceso científico, y también ideas tan pedestres como el sentido común, la funcionalidad, conocimiento empírico, y todo aquello que tuvo un uso práctico antes de que inventemos algo tan útil como la escritura. Precisamente, el otro día vi ‘Los Croods’—que está muy divertida, por cierto—la película de animación sobre una familia de las cavernas, como se dice vulgarmente y que los guionistas tomaron muy en serio. Pues, la película difunde un falso arquetipo de lo que pensamos fueron los hombres primitivos; sin embargo, los estudios antropológicos de los pueblos más primitivos del planeta (por mencionar a alguien: bosquimanos africanos, aborígenes australianos, o indígenas amazónicos), nos muestran que los seres humanos siempre conocen muy bien su ambiente y tienen una noción perfecta de ser lo que son: el depredador supremo de su medio, más que el jaguar, más que el león, más que el tigre, el primate superior. En segundo lugar, tienen un conocimiento práctico de mil y un cosas, desde cómo hacer fuego hasta qué planta es buena para qué problema, o cómo hacer un arco y una flecha, pintura, manipular madera, mimbre, y un muy largo etcétera.

                Debido a que el ser humano es un producto evolutivo de primates previos, la idea de ‘hombre de las cavernas’, como una criatura medio bestial y primitiva, sólo se podría aplicar a el homo habilis, que es un ancestro remoto (pienso en ‘La guerra del fuego’, 1981, como ejemplo. En este filme, los ‘humanos’ apenas hablan; aunque sean relativamente sofisticados en su quehacer diario. ‘El clan del Oso’, 1986, también refleja, en parte, esta noción falsa de nuestros antepasados—falsa, claro, si podemos juzgar al pasado en base a lo que hemos visto y conocemos. Diría que los restos arqueológicos y antropológicos respaldan la noción de antepasados primitivos a la vez que muy sofisticados, siquiera tanto como los bosquimanos o aborígenes), muy lejano en el árbol evolutivo. ¿Y qué tiene que ver este asunto de hombres mono con el tema de objetivo/subjetivo? Que hemos sido los predadores supremos porque hemos sabido lidiar con la realidad: que es la misma para ti como para mí y para lo que fueron ellos, y son los bosquimanos o aborígenes australianos. Así, comprendimos, conocimos y utilizamos nuestro dominio sobre la realidad… y ahora, en este tiempo de supina decadencia cultural estamos olvidando qué es qué y, por lo tanto, estamos dejando a un lado nuestra capacidad para abordar nuestros problemas ‘reales’.

                El momento en que creemos que lo ‘subjetivo’ y la ‘realidad’ son uno mismo, ya estamos hundiendo el bote. No son términos que puedan relacionarse.

                Hay piedras que chocan y hacen chispa, eso es realidad. Si conoces la realidad podrás afectarla, y debido a que la realidad es la misma para ti que para mí, pues, podemos compartir información sobre la realidad: ‘se vienen 5 mamuts’, ‘hay un tigre dientes de sable a la vuelta de la próxima arboleda’, y compartir eso nos ayuda para lidiar con la realidad. En el fondo, es así de simple. Lo subjetivo no tiene nada que ver con ese mundo compartido, lo subjetivo es la valoración personal, y es cuestión de ‘percepción’, no tiene nada que ver con realidad, sino con cómo la percibimos. La Real Academia de la Lengua no podía estar más correcta en su definición, que está muy clara: 1. adj. Perteneciente o relativo al sujeto, considerado en oposición al mundo externo. 2. adj. Perteneciente o relativo a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo. ‘Considerado en oposición al mundo externo’, ¿es que hay algo más que decir? La realidad es objetiva, está fuera de nosotros, y la percibimos con nuestros cinco sentidos, más nuestra capacidad de recordar y razonar (lógica y memoria). Lo subjetivo está dentro de nosotros, porque no hay nada haya afuera sobre lo que no tengamos un parecer, una sensación personal… Realidad: ‘se vienen cinco mamuts’, opinión personal: me gusta, o no me gusta.

                Y la verdad que lo obvio, en algunos casos, no es suficiente.

                No es que podamos separar uno de otro, todo sustantivo, podríamos decir, en el lenguaje, hace referencia a algo que está ahí, ya sea sensorial o conceptualmente. Algo tan abstracto como el odio y el amor son perceptibles, estoy seguro que podríamos medirlo por cómo reacciona una persona ante cierta información.Perdidos01 Incluso hay científicos que saben los componentes en nuestra sangre que ‘delatan’ cierto tipo de amor—el más biológico—y le otorgaron una vida de seis meses. Dilatación de ojo, pulsaciones, sonrisas, reacciones de piel, todo eso podríamos utilizar para identificar la realidad del ‘amor o el odio’, que, aunque muy diferentes, son sentimientos básicos y bastante explícitos, todos los conocen, todos los han sentido. Entonces, esa realidad, ¿es percepción o es ‘realidad?, ¿es objetiva o subjetiva? Esto es más complicado, pero sigue siendo ‘realidad’, por más que haya sido un proceso subjetivo el que haya hecho que la persona odie o ame, podemos ver, percibir esos sentimientos, ya sea a través de nuestra lectura del lenguaje corporal, la información que recibimos de la persona o exámenes médicos pertinentes, por sutiles que fueren.

                Y esa ‘percepción exterior’ la podemos relacionar con la ‘falsibilidad’ de Popper, de tangente, pero sirve. Digamos que lo científico debía abordar lo que puede ser ‘falsible’, haciendo un calco del inglés, lo que podía ser falso. Si no podía ser falso era algo que estaba más allá del campo científico. Popper, en el fondo, estaba hablando de la realidad, del proceso científico—su idea es más compleja, tal vez de manera innecesaria; me tomo la libertad de hacer esta asociación. Si puede o no ser así, tiene que ser la realidad: si hay 5 mamuts puedes ir y contarlos, verificar su ‘realidad’. Podrías decir que hay 6, donde en verdad sólo hay 5, o sea: debido a que se puede confirmar se puede falsificar… eso es realidad, lo objetivo puede estar o no ahí, es verificable, y, por lo tanto, es posible de ser falsificado. Verificarlo/falsificarlo. Y sólo hay una ‘verdad’, sólo una ‘realidad’. Por otro lado están todos los otros aspectos de nuestro diario vivir que no podemos ‘verificar’, o que ‘verificar’ no serviría ningún propósito práctico. Imagina que alguien te pregunta si te gusta ‘algo’, no sé, una música X, y tú dices que sí, ya que comienza bien, después dices que ‘no’, porque la pieza se torna monótona, vuelves a cambiar de opinión, otra vez, debido a que la pieza tiene un coro atractivo, y finalmente acaba bien… dijiste: sí, no, sí, y cada uno fue ‘verdad’ en su momento… No es algo duro, como los mamuts que se pueden contar, y que son sólo 5. En lo subjetivo, no importa la verdad, ya que ésta cambia, muta constantemente, y cada mutación es válida. Eso es percepción, depende del mundo interno. La realidad objetiva es ‘verdad’ práctica, lo subjetivo puede ser ‘verdad’ todo lo que quiera; pero no tiene ningún valor práctico. Puedes preguntar a mil personas la opinión que tienen sobre algo, y todas, por diferentes que sean, serán ‘opiniones’ válidas.

                Si bien podemos hacer la relación entre ‘realidad’ y verdad, debemos hacer la relación entre ‘subjetividad’ y verdad, en vez de con ‘realidad’. Debido a que si reconocemos que la ‘realidad’ puede ser personal, pues, todo se vuelve un revoltijo inútil. La idea de realidad es que está allá afuera para que la podamos verificar, que tú y yo debemos lidiar con ella, y saber lidiar con ella nos ayuda; lo subjetivo siempre es realidad, incluso las contradicciones de que a alguien le parezca algo como ‘One direction’ un grupo musical memorable, o lo consideren pésimo, ambas son posiciones válidas, desde el punto de vista de opiniones, pero su validez no conlleva ninguna relevancia práctica. Hay personas que no pueden distinguir todas las notas, sordos tonales, los oídos perfectos son de uno en diez mil, entre las personas con mal oído, lo producido por X o Z buen cantante debe sonar lo mismo que lo producido por Y o V mal cantante… eso es ‘verdad’ subjetiva, siempre válida, a lo que nunca deberíamos llamar ‘realidad’ subjetiva. ¿Por qué? Porque si lo llamas ‘realidad subjetiva’ estás metiendo su mundo, el de cualquiera, en el tuyo, y eso tiene muchísimos problemas epistemológicos, sociales y políticos.

                La verdad puede ser tuya, como en el caso de un testigo único de un suceso cualquiera, pero la realidad nos pertenece a todos; haya, o no, testigos.

                La realidad no puede ser manipulada, la subjetividad es la verdad del público, el ‘no me gusta’ que puede coexistir perfectamente con el ‘sí me gusta’. La subjetividad puede servir un fin práctico, ya que es una verdad con la que se debe lidiar, como regalarle flores violetas a alguien que le gustan de ese color. De la misma manera, es útil para multitud de instituciones el conocer la subjetividad, el parecer del público.

                Etcétera…

                Y el hecho de que seamos tan torpes para definir ‘la realidad’, explica muy bien por qué estamos siendo tan ineptos a la hora de abordarla.

CRÉDITOS: Primera imagen, una foto de la estatua de Giordano Bruno, de Jastrow. Segunda imagen, un laberinto. (Es que, en el fondo, pues, no hay ilustraciones apropiadas para esta nota ¿no?)

A la entrada le falta todo un pedazo, pero ya está demasiado largo tal como está. Debí haber hablado sobre la complementariedad, en vez de oposición, entre lo subjetivo y lo objetivo. La realidad nos rodea, y siempre la estamos evaluando caprichosamente. Subjetivo y objetivo no son opuestos, son dos aspectos de todo aquello que nos rodea, está ahí, fuera de nosotros, y está ahí, siendo evaluado por nosotros. No es dicotomía, no es un par opuesto, no es uno u otro, es los dos a la vez...

Como siempre, hay muchas historias acontenciendo en este mundo, que será muy burro, pero está bien divetido. Japón ha decidido cometer suicidio económico, o siquiera un gran empobrecimiento de un país que ya está sufriendo 15 años de horrorosas políticas keynesianas... La guerra sigue en Siria, con algunas victorias al sur del país, para los rebeldes. Maduro ganó en Venezuela, y la situación social y económica es tan desesperada, que la victoria de Maduro es lo mejor que podría haberle sucedido a la oposición... Venezuela, en pocos meses, será ingobernable.

Baj, y hay cosas peores, pero, si vemos el lado entretenido de las cosas, el compadre PSY puede que haya hecho algo logrado por muy pocos, generarse una fama mundial fuera del circuito; aunque con el apoyo de, los Estados Unidos. Ya salió su más reciente video, y sigue la fórmula del anterior, mostrar algo que no es. La canción se titula 'Gentleman', o 'señor', y se comporta como un palurdo máximo--un tanto demasiado diría yo--. La música es monótona, fácil y pegajosa, me la imagino ocupando el lugar de la anterior, en toda fiesta, muy fácilmente. Los números de las visitas a su video son estratosféricos... Y me alegra ver que vuelven sus amigos. 

Por mi parte, estoy atrasado en todos mis proyectos... pero sigo, sigo y sigo... 

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