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8 janvier 2018 1 08 /01 /janvier /2018 00:25

Las personas famosas NO son personas normales. Ninguna. Todas ellas son excepcionales, para bien o para mal, de ahí que tengamos un término negativo para hablar de fama que es, pues, infamia. Infame. Hoy por hoy los tenemos a ambos en los medios; pero, el 90 o 99% de las personas famosas son insulsas o fantásticas, con algún que otro monstruo, no es necesario mencionar alguno de ellos el día de hoy. Quiero hablar de los buenos, de los artistas cuya presencia ayuda a mejorar el día a día. Que lo hay muchos, la verda'. Y debo reconocer que me parece un misterio--a primera vista--ver, o encontrar tanto dolor en el éxito, en la fama, en la belleza. Claro que, una vez que te pones a pensar un poco, pues, al contrario, se hace muy comprensible. Y eso es una pena, una lección, un fenómeno que debería evitarse.

La perfección física es muy escasa. Muy. Mucho. De ahí que las modelos de talla mundial ganen tanto dinero, porque solo ellas, mujeres perfectas, pueden enfrentar las múltiples críticas que las otras mujeres podrían tener de ellas. Fuera de broma. No sé si las mujeres son tan quisquillosas con los hombres... en todo caso, hombres perfectos, físicamente, y que además sepa cantar, bailar y tenga una increíble ética laboral, pues, debe ser muy, muy difícil de encontrar. Les voy a contar un poco sobre la historia de Kim Jong-hyun.

Se podría, en verdad, escribir un grueeeeeeso libro sobre lo que ha logrado Korea, o Corea del Sur, con sus grupos de pop, novelas y hasta películas. ¿Vieron la de los zombies? Tren a BUsan, a mí me pareció que estuvo buenísima. Me gustó mucho, el ritmo, la idea, el mensaje... lo que no quiere decir que carezca de varios malos detalles, el conflicto 'obligatorio', el 'malo' porque siempre tiene que haber uno, etc. Que son caminos narrativos fáciles, a la vez que efectivos. Bueno, lo que los coreanos han logrado, no lo vienen alcanzando los multimillonarios presupuestos del cine europeo. Y hablamos de poblaciones de tamaño similar, o, en el caso de Alemania y Francia, mucho mayores. ¿Cuál es el secreto coreano? Pues, hasta donde yo sé, es muy simple: trabajar, trabajar, trabajar, trabajar y trabajar.

La ética laboral coreana es tan, tan dura, que en el fondo le está pasando un mal trago. La presión es muy fuerte en todos los trabajos, y la crisis económica implica que la posibilidad de ascenso es reducida. Así, Corea del Sur tiene una economía super-competitiva y uno de los mayores índices de suicidios del planeta. Uno no tendría que venir con lo otro. Pero así es como están.

Y en medio de eso está el famoso K-Pop. Ya escribí algo sobre el tema, cuando hablé de Gangnam style, hace ya mucho tiempo atrás, y en siquiera otra ocasión, que ya no recuerdo. Gangnam aludía al estilo de vida de los ricos y famosos de Corea, al barrio de lujo, y a todos los que pretenden algo de eso, de mala manera. Es como una burla de las falsas pretensiones. (Sin ir a más detalles) Alguien que vivía en ese barrio, y era físicamente perfecto, y un cantante de gran éxito--de los mayores posibles--era Kim Jong-hyun. Un joven de 27 años, que se quedará de esa edad por siempre, ya que decidió tomar su vida el año pasado. Un joven que lo tenía todo: fama, dinero, éxito, el respeto de tus pares, el cariño, y hasta obsesión, de nada menos que millones de fanáticas en el mundo entero y la propia Corea. Pero nada de eso cayó en sus brazos sin pagar un precio.

Las estrellas coreanas trabajan como el resto del país. De sol a sol. Comparado con sus pares occidentales, los videos de música coreana tienen ese tono de perfección y depuración que han hecho famosos a su industria, incluyendo la cultural. No es lo mío, en la mayor parte de los casos, no me gusta el hip-hop, el rap, en cualquiera de sus formas, la estadounidense, o la adaptada... así que no me gustan las canciones del K-pop que son de este estilo, pero, como trabajador y estudioso del área gráfica, pues, reconozco un buen trabajo cuando lo veo, y todos los videos de estas chicas y chicos son muy, muy pulcros y trabajados.

Este es otro grupo, no es Shinee. Me gustó esta tonada, a pesar del hipi-hopu.

Eso requiere esfuerzo, horas frente al espejo, junto a tus compañeros, para ver los movimientos y la coordinación de la coreografía. Trabajo. Aplausos, claro, en medio de las entrevistas, donde te hacen la misma pregunta mil veces. Trabajo, en cada espectáculo, el que debe ser siempre limpio, pulcro, bien trabajado. Éxito. Claro, y el trabajo y la presión que conllevan. Viajar, para trabajar; hacer ejercicio, para el trabajo; verte bien, porque es tu trabajo; ser perfecto para cada foto, cada ángulo, porque ese regalito te lo dio dios, pero tú lo cuidas con tu dieta, y un largo etcétera. Trabajo, trabajo, trabajo. Y una persona como él, que lo ha obtenido todo, debe batallar cada día para ser relevante, ante el mar de nuevas estrellas que surgen, buscadas, entrenadas y trabajadas a lo largo y ancho del país.

La presión coreana es demasiado grande, deberían quererse un poco más. Aguantar un poco más. Tolerar los tropiezos. Reducir el paso. 

No sé con qué sueñan los que lo tienen todo. Debe ser una presión en sí misma. Los que estamos tan abajo, nos alegra mantener la cabeza por encima del agua; ¿qué sueña el que está en la cima de la pirámide?, ¿qué busca el joven que ha logrado alcanzar sus sueños más ambiciosos? Un momento de paz, supongo; una vacación, un instante para encontrarse, para buscarse, qué se yo. Lo que sea, debieron dárselo. De seguro que podrían haberlo hecho. Supongo que lo hacía todo tan bien, que nadie se dio cuenta de que estaba deprimido. Es también uno de los problemas de estigmatización que tienen los conflictos psicológicos, y psiquiátricos. La poca, o nula, voluntad que existe de mostrarse vulnerable--y, en ciertos círculos, la hostilidad que esta enfrenta--y la total tontería de que una persona no puede ser perfecta, joven, adorada, afamada, adinerada, y no tener problemas. Claro que  los puede tener, por dios, si es un ser humano. ¿Por qué no estuvieron dispuestos a tratarlo como tal? Mil razones, mil situaciones, mil presiones. 

La despedida de este muchacho, antes de cometer suicidio, fue un mensaje a su hermana que parte el corazón. 'Por favor, déjame ir', pedía, 'dime que lo hice bien'. Ese fue, dicen, el mensaje final. La presión, estrés, que pueden leerse en tan pocas palabras, conmueve. Ojalá aprenda algo la industria, las personas que demandaban tanto de él. Que incluye un público muy amplio, acostumbrado cada vez más a una inmisericorde perfección interpretativa.

El resto de los seres humanos, debe recordar la humanidad de estas personas que tan magníficamente nos entretienen, distraen, cantan, y completan nuestro mundo, sin restarles humanidad a todos ellos. O siquiera a ese otro tan cercano. Eres humano, eres vulnerable, tienes problemas, atiéndelos. Escúchate. Toma tu tiempo, camina después de preguntar a dónde quieres ir.

Para despedirse, sin haberle conocido, solo queda la fórmula: Q.E.P.D.

Deseaba escribir y decir mucho más, pero, como siempre, es uno de los problemas de escribir por este medio, pues, uno no tiene el tiempo para escribirlo todo. Sí, es cierto, uno debería ir más al punto. Lo sé, lo sé. Siempre hay una solución para la mayoría de los problemas. Pero, la verdad, también, los temas, pues, son amplios. Igual, debo... debo resumir. Cortar, cortar, abarcar algo, y darme el tiempo para hacerlo. Bueno, pues, en eso estoy.

No olviden que estoy subiendo a youtube una serie de videos sobre 'la crisis del límite', y lo voy a hacer por un buen tiempo, ya que el tema es muy amplio--¿no lo es siempre?--. Subo los días lunes y jueves. Aquí les pongo un enlace, con el número NUEVE: La crisis del límite.

Saludos a todos, y, a pesar del contexto, que ustedes tengan un muy buen 2018.

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